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lunes, 17 de diciembre de 2012

La que se fue


Caminaba de su lado siempre, en un pasado,
Mirábamos las nubes en las tardes de fugas en un ambiente
Verde que parecía más oro que hierba,
Yo la escuchaba y ella a mí,
Ella fue compañía, ella fue gozo.

Cuando la proximidad del ocaso se hacía presente,
Se veían gotas de agua sal salir de sus prismas y entrar en los míos,
Un suceso que solo las buenas compañeras podíamos compartir,
El puzzle que todo hombre quiere llenar, se llenaba,
La figura amorfa que toda alma quisiera sentir, se sentía.

Solo ella. Ella supo entender mi lenguaje mudo,
Compartimos problemas, compartimos gustos,
Pasamos por cosas que con ninguna otra musa me atrevería a pasar
Porque existía un sabor a vida muy diferente al de ahora,
Porque ahora soy sola y ella es señora quimera plana.

La he sentido tan extrínseca de mi...
Ya no es ella, se transformó en un extraño cuerpo blanco y frío,
No ha muerto, pero si mi musa,
Mi musa ha muerto y hoy solo me embarga la antimateria
Y me deja en nada.

La he anhelado, he sentido su voz en mi piel,
La gracia de los gestos poco estéticos que hacíamos juntas,
Ya no siento su interés, dejó de llamar a mi hogar por las noches
Y continuó embistiendo el bodrio negro que de mi brotaba,
 Porque yo era penumbra, tan blanca que ocultaba la verdad.

Quisiera llorar, aunque me sienta patética e infantil,
Me da asco este cráter en el que me veo sumergida,
Todo objeto, todo viento se alegra cuando me vivo en el sollozo,
Ignora la luna, el espacio que mi musa construyó

Tan repelente a mi...

Ha dejado a un lado su faceta brincosa y diferente, anteriormente compartida conmigo,
Simplemente. Simplemente dejó a un lado el abstracto rostro que me observaba
La señorita se ha convertido en casa blanca y pequeña,
La señorita evitó el dolor, vendiendo su vida,
Ha intentado no recordar lo ya caduco, es casi, casi como yo.

Envidio su inerte alma, el desaínco para intentar cobijar lo que en realidad piensa,
Llega y establece un enlace superficial que preferiría no exista,
Antes que intentar creerme la mentira, porque vivo a ras de suelo,
Esta inexistente presencia berrincha lágrimas y lástima propia
Por ser ella y no yo, la que se fue.

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